Sistema nervioso autónomo
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El sistema nervioso autónomo (VNS, sistema nervioso autónomo) controla muchas funciones vitales del cuerpo. Estos incluyen, por ejemplo, la respiración, la digestión y el metabolismo. Si la presión arterial aumenta, las venas se dilatan o el flujo de saliva no puede ser influenciado por la voluntad. Los centros superiores del cerebro y las hormonas controlan el sistema nervioso autónomo. Junto con el sistema hormonal, asegura que los órganos funcionen bien. La función del órgano se adapta rápidamente a los requisitos cambiantes a través de impulsos nerviosos. Las hormonas primero deben transportarse al órgano diana en el torrente sanguíneo.
Cuando te levantas por la mañana, por ejemplo, el sistema nervioso autónomo envía inmediatamente una señal para aumentar tu presión arterial y evitar mareos. Cuando una persona está caliente, el sistema asegura una mejor circulación sanguínea en la piel y activa las glándulas sudoríparas. Los tractos nerviosos también transmiten importantes impulsos nerviosos (reflejos) de los órganos al cerebro, por ejemplo, de la vejiga, el corazón o el intestino.
Según el curso de los cordones nerviosos y su función, los médicos distinguen tres partes del sistema nervioso autónomo:
- Simpático,
- Sistema nervioso parasimpático,
- Sistema nervioso visceral (sistema nervioso entérico);
Los tractos nerviosos del sistema nervioso simpático y parasimpático van desde el sistema nervioso central (SNC = cerebro y médula espinal) a los órganos. Terminan, por ejemplo, en las células musculares de la pared intestinal, en el corazón, en las glándulas sudoríparas o en los músculos que regulan el tamaño de la pupila. Los nervios simpático y parasimpático actúan básicamente como oponentes en el cuerpo. Ambos sistemas se complementan para algunas funciones.
Simpatizante - luchando y huyendo
El sistema simpático prepara al organismo para el desempeño físico y mental. Asegura que el corazón lata más rápido y más fuerte, las vías respiratorias se expanden para que pueda respirar mejor y se inhiben las deposiciones. En resumen: el simpático prepara el cuerpo para luchar o para huir.
Las primeras células nerviosas simpáticas se encuentran en la médula espinal. Sus procesos van a los nodos celulares (ganglios) a ambos lados de la columna. Casi todas las señales se cambian a una segunda célula nerviosa allí, que lleva el mensaje al órgano objetivo. Algunos tractos nerviosos se saltan esta estación de conmutación. Solo transmiten su mensaje a los nodos nerviosos profundos del cuerpo o lo llevan directamente al órgano objetivo (por ejemplo, el intestino).
Los nervios conducen impulsos eléctricos. Con la ayuda de mensajeros químicos, transmiten señales a otras células nerviosas o las células diana en los órganos. Las células nerviosas simpáticas se comunican entre sí con acetilcolina y con sus células diana con noradrenalina.
Sistema nervioso parasimpático: reposo y digestión
El sistema nervioso parasimpático se encarga de las funciones del organismo en reposo, así como de la regeneración y desarrollo de las propias reservas del organismo. Activa la digestión, estimula varios procesos metabólicos y asegura la relajación.
Las células centrales del sistema nervioso parasimpático se encuentran en el tronco encefálico y en la zona inferior de la médula espinal (médula sacra). En los ganglios nerviosos cercanos a los órganos diana o en los propios órganos, envían su mensaje a las segundas células nerviosas. Los cordones nerviosos del sistema nervioso parasimpático transmiten todas las señales con la sustancia mensajera acetilcolina.
Oponente en el cuerpo
Organo | Efecto del sistema simpático | Efecto del sistema nervioso parasimpático |
• Ojo | Dilatación de las pupilas | Estrechamiento de las pupilas y aumento de la curvatura del cristalino |
• Glándulas salivales | Reducción de la secreción de saliva (saliva escasa y dura) | Aumento de la secreción de saliva (mucha y poca saliva) |
• Corazón | Aceleración de la frecuencia cardíaca. | Disminuir la frecuencia cardíaca |
• pulmones | Expansión de los bronquios y reducción del moco bronquial. | Estrechamiento de los bronquios y aumento del moco bronquial. |
• tracto gastrointestinal | Disminución del movimiento intestinal y disminución de la secreción de jugos gástricos e intestinales. | Aumento de la evacuación intestinal y aumento de la secreción de jugo gástrico e intestinal. |
• pancreático glándula | Disminución de la secreción de jugos digestivos. | Mayor secreción de jugos digestivos. |
• Órganos sexuales masculinos | eyaculación | erección |
• Piel | Estrechamiento de los vasos sanguíneos, secreción de sudor, cabello erizado | Sin efecto |
Sistema nervioso visceral
El sistema nervioso visceral ((sistema nervioso entérico) consiste en una red de nervios que se encuentra entre los músculos de la pared intestinal. Estas fibras nerviosas funcionan en principio independientemente de otros nervios, pero están fuertemente influenciadas por el sistema nervioso parasimpático y simpático. El sistema nervioso entérico se encarga de la digestión: por ejemplo, aumenta el movimiento de los músculos intestinales, asegura que se excrete más líquido en el tubo intestinal y aumenta el flujo sanguíneo en la pared intestinal.
Zonas de cabeza
Se solía asumir que el sistema nervioso autónomo solo transmitía señales desde la médula espinal a la periferia del cuerpo. Hoy sabemos que junto con los cordones nerviosos de los nervios simpático y parasimpático, las señales de los órganos también llegan al sistema nervioso central. Aproximadamente el cinco por ciento de todos los estímulos de dolor en el cuerpo toman esta ruta. Los científicos sospechan que estas fibras terminan en el mismo punto de la médula espinal que las fibras nerviosas que transmiten los estímulos de dolor desde la piel. Esto puede llevar a la percepción del dolor causado por cálculos biliares en la piel del hombro, por ejemplo. Dependiendo del órgano, el dolor siempre se proyecta sobre las mismas áreas. Estas zonas de la piel se denominan zonas de la cabeza, según su primera descripción, el neurólogo británico Sir Henry Head.
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