Las alergias podrían proteger contra el cáncer de piel

Christiane Fux estudió periodismo y psicología en Hamburgo. El experimentado editor médico ha estado escribiendo artículos de revistas, noticias y textos fácticos sobre todos los temas de salud imaginables desde 2001. Además de su trabajo para, Christiane Fux también se dedica a la prosa. Su primera novela policiaca se publicó en 2012, y también escribe, diseña y publica sus propias obras policiacas.

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Ya sea contra el polvo de la casa, el polen o ciertos alimentos: las alergias son compañeras molestas. Para todos los afectados, la ciencia tiene preparado un pequeño consuelo: las alergias podrían ofrecer protección contra el cáncer de piel.

La inmunoglobulina E (IgE) juega un papel clave en esto. Esta molécula es parte del sistema inmunológico. Entre otras cosas, desencadena reacciones alérgicas. Estas son reacciones de defensa que normalmente se dirigen contra intrusos dañinos, pero en el caso de una alergia a sustancias inofensivas, entran en acción. La piel se enrojece, las membranas mucosas se hinchan y, en casos graves, incluso las vías respiratorias.

¿Cuál es el papel de la IgE?

Los investigadores llevan mucho tiempo desconcertados sobre el papel real de la IgE en el cuerpo. Entre otras cosas, se asumió que sirve para protegerse de los parásitos. Debido a que cada vez menos personas en el mundo industrializado se enferman con infecciones por gusanos y similares, la IgE no es desafiada y luego reacciona a sustancias inofensivas, según la hipótesis. Sin embargo, el hecho de que el cuerpo pueda combatir los parásitos sin IgE habla en contra de esto.

"Al menos, ese puede no ser el único trabajo de IgE", explica el Dr. Jessica Strid de Imperial Colleague London. “También debe tener otras tareas importantes”. La científica y sus colegas ahora han descubierto que la inmunoglobulina podría desempeñar un papel central en la defensa contra los químicos ambientales nocivos.

Las toxinas ambientales llaman IgE en la escena

En experimentos con ratones, los investigadores encontraron que la IgE se acumula en regiones de la piel que habían entrado en contacto con toxinas ambientales. Allí, la IgE previno el daño celular, que de lo contrario puede degenerar en tumores malignos, por ejemplo. Lo mismo sucedió cuando la piel de los animales fue dañada por demasiada luz ultravioleta.

En doce pacientes con carcinoma de células basales, una forma especial de cáncer de piel blanca, todas las muestras de los tumores contenían IgE. Sin embargo, los investigadores encontraron una cantidad particularmente grande de IgE en aquellas úlceras que eran menos agresivas. Por lo tanto, la IgE no solo puede evitar que las células se degeneren, sino que también ralentiza el crecimiento del tumor.

“Nuestro próximo paso será descubrir cómo exactamente la IgE evita que las células de la piel se degeneren”, dice Strid. "También queremos tratar de manipular la respuesta alérgica de tal manera que proteja contra el cáncer o pueda ayudar a curar el cáncer de piel".

Alergias en aumento

La conexión entre las toxinas ambientales y la IgE también podría proporcionar una explicación del hecho de que las alergias han ganado terreno tan rápidamente en las naciones industrializadas durante las últimas décadas. Las toxinas ambientales relevantes incluyen la contaminación del aire proveniente del tráfico, la agricultura y la industria, pero también el humo del cigarrillo.

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