Medicina paliativa - ayuda psicológica

Christiane Fux estudió periodismo y psicología en Hamburgo. El experimentado editor médico ha estado escribiendo artículos de revistas, noticias y textos fácticos sobre todos los temas de salud imaginables desde 2001. Además de su trabajo para, Christiane Fux también se dedica a la prosa. Su primera novela policiaca se publicó en 2012, y también escribe, diseña y publica sus propias obras policiacas.

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Una enfermedad potencialmente mortal es una enorme carga emocional. Los psicólogos especialmente capacitados pueden ayudar a controlar el miedo, la ira y el dolor. Esto beneficia a los propios enfermos, pero también a sus familiares.

La noticia de que padece una afección potencialmente mortal como el cáncer es un shock para cualquiera. Responder a esto con miedo, tristeza e ira es perfectamente normal. La clave es volver a controlar los sentimientos negativos. Esto también se aplica a las personas cuya esperanza de vida está llegando al final. La esperanza de recuperarse de nuevo desaparece, las quejas se hacen más fuertes, la fuerza disminuye. Sin embargo, aún son posibles momentos felices y pacíficos en esta última fase.

Psicólogos especialmente capacitados pueden acompañar al paciente en este viaje. En las conversaciones ayudan a procesar la situación y a mantener a raya los miedos y la depresión. En la última fase de la vida, ayudan a los enfermos a reconciliarse con el final inminente y a despedirse de su propia vida y de las personas cercanas.

Si uno logra aceptar la muerte inminente, es posible dar forma activamente a la última fase de la vida. ¿Qué sueños aún se pueden cumplir? ¿Qué relaciones querría aclarar la persona en cuestión? ¿Para qué se utilizarán las fuerzas restantes?

Hacer frente a los miedos

La atención se centra en superar los miedos asociados con una enfermedad grave o una muerte inminente. Estos son variados. Van desde miedos específicos al dolor, dificultad para respirar y otras quejas físicas hasta la preocupación por perder el control, la dignidad y la autodeterminación, hasta el miedo a morir y la muerte. Además, puede haber preocupaciones sobre los familiares que se quedarán atrás.

Este miedo puede expresarse de manera muy diferente. Algunos se aíslan, otros reaccionan agresivamente, y otros los miedos emocionales se expresan en quejas físicas.

El miedo puede ser más angustiante que el malestar real que acompaña a la enfermedad. Reducen la percepción, cuestan mucha fuerza y ​​tienen un impacto masivo en la calidad de vida. Por tanto, es importante que no se salgan de control. Es fundamental ser consciente de sus miedos, afrontarlos y hablar de ellos de la forma más abierta posible.

La psicología ofrece una amplia gama de estrategias para lidiar con los miedos. Los procesos de relajación y el giro dirigido hacia pensamientos reconfortantes y positivos, por ejemplo con la ayuda de ejercicios de imaginación, son particularmente útiles.

Manteniendo la depresión a raya

Es comprensible para todos que la mayoría de las personas gravemente enfermas inicialmente se sientan desesperadas y profundamente deprimidas en vista de su situación. En gran medida, logran superar esta crisis mental por sí mismos o mediante conversaciones con familiares o el personal clínico. Otros fracasan: caen en una depresión que necesita tratamiento. Los signos típicos de depresión son:

  • Vacio interior
  • Languidez
  • Desinterés
  • Pérdida de la alegría de vivir
  • inquietud constante
  • Sentimientos de culpa, peleas contigo mismo.
  • la sensación de no valer nada
  • Problemas de concentración y memoria.
  • malestar interior

Esta depresión puede y debe tratarse con ayuda psicoterapéutica y medicación. Solo entonces es posible utilizar la vida restante de la manera más activa y positiva posible.

Síndrome de fatiga

Los pacientes con cáncer, en particular, sufren a menudo un agotamiento persistente y debilitante durante el curso de su enfermedad. A pesar de que duermen lo suficiente, se sienten constantemente cansados ​​e impotentes y les resulta difícil levantarse para trabajar. Los afectados tienen una necesidad excesiva de descanso.Los médicos se refieren a esta afección como síndrome de fatiga, o fatiga para abreviar. En muchos pacientes, la fatiga aparece cuando se inicia la quimioterapia o la radioterapia y persiste durante semanas y meses después del final del tratamiento.

Se puede hacer mucho con respecto a la fatiga. Por ejemplo, si los síntomas son anemia o un trastorno hormonal, una dieta adecuada y una terapia con medicamentos ayudarán. El ejercicio regular también despierta los espíritus. Los ejercicios de comportamiento también se pueden utilizar para cambiar patrones de comportamiento desfavorables.

Acompañamiento espiritual

Cuando la vida llega a su fin, los pensamientos de muchas personas giran en torno a cuestiones espirituales. ¿Cuál fue o es el sentido de mi vida? ¿Muere el alma con el cuerpo? En su búsqueda de respuestas, los consejeros pueden ayudar a los pacientes y sus familiares. En las conversaciones, también brindan alivio por problemas no resueltos, por esperanzas que ya no se pueden cumplir o por preocupaciones que deprimen a los pacientes y sus familiares.

Atención psicológica a familiares

No solo los enfermos, sino también los familiares necesitan ayuda. Usted es el apoyo más importante del paciente, pero al mismo tiempo sufre la situación usted mismo. Ellos también tienen que lidiar con los miedos y el dolor. Como parte de la atención médica paliativa, ellos, como los enfermos, pueden aprovechar la ayuda psicológica y pastoral. Esto también puede continuar después de la muerte del familiar.

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