Agorafobia

Julia Dobmeier está completando actualmente su maestría en psicología clínica. Desde el inicio de sus estudios, se ha interesado especialmente por el tratamiento y la investigación de las enfermedades mentales. Al hacerlo, están particularmente motivados por la idea de permitir que los afectados disfruten de una mejor calidad de vida transmitiendo conocimientos de una manera fácil de entender.

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Las personas con agorafobia están aterrorizadas por situaciones de las que les resultará difícil escapar en una emergencia o de las que será difícil obtener ayuda. Evita así plazas amplias, aglomeraciones, cines, autobuses o ascensores, entre otras cosas. Muchos experimentan síntomas físicos amenazantes como palpitaciones y mareos en un entorno de miedo. Con el tiempo, el miedo determina cada vez más sus vidas. Lea cómo se desarrolla la agorafobia, cómo afecta y cómo tratarla.

Códigos ICD para esta enfermedad: los códigos ICD son códigos reconocidos internacionalmente para diagnósticos médicos. Se pueden encontrar, por ejemplo, en cartas médicas o en certificados de incapacidad laboral. F40

Agorafobia: descripción

El término agorafobia se deriva del griego. Los términos "ágora" = "mercado" y "fobia" = "miedo" indican que las personas con agorafobia tienen miedo de los lugares públicos. Por lo tanto, la agorafobia también se conoce como "claustrofobia". Suele confundirse con el miedo al espacio (claustrofobia), que describe el miedo a los espacios estrechos y cerrados, y que pertenece a las llamadas fobias específicas.

La agorafobia también puede ocurrir en espacios reducidos. Sin embargo, los afectados no temen el hacinamiento o el cerramiento de la propia habitación. Temen que en caso de emergencia no puedan huir de allí o que no reciban ninguna ayuda. También tratan de evitar situaciones en las que la abstinencia debido a un ataque de ansiedad sería vergonzosa, por ejemplo, durante una representación teatral. Al entrar en un espacio público, siempre intentan estar cerca de una salida.

A diferencia de muchos otros trastornos de ansiedad, la agorafobia no está relacionada con una situación u objeto específico. Puede aparecer en lugares muy diferentes, como en el cine, en el autobús o en los puentes. Sin ayuda terapéutica, la agorafobia conduce a una severa reducción de la calidad de vida. Algunos ya no se atreven para nada a salir a la calle o necesitan que alguien los acompañe y siempre llevan consigo su medicación y un celular en caso de emergencia.

Agorafobia y trastorno de pánico

La agorafobia ocurre muy a menudo en combinación con ataques de pánico. Alrededor del 35 al 56 por ciento de los pacientes sufren de agorafobia con trastorno de pánico. Los ataques de pánico son ataques de ansiedad violentos que suelen durar unos minutos. Los afectados lo experimentan como extremadamente amenazante porque, además de los síntomas psicológicos, también se presentan graves molestias físicas. Estos incluyen palpitaciones cardíacas rápidas, sudoración, mareos y muchos otros síntomas que los pacientes califican como potencialmente mortales. El miedo aumenta cada vez más.

"Miedo al miedo"

Una característica central de la agorafobia es que los afectados temen posibles ataques de pánico o ansiedad en público. Este fenómeno se conoce como "miedo al miedo" o "fobofobia". El miedo se confirma principalmente porque el miedo al miedo desencadena tensión física. Los afectados prestan mucha atención a los más mínimos cambios físicos que podrían indicar un ataque de pánico y están excesivamente ansiosos. En la interacción de la psique y el cuerpo, puede surgir un miedo tan fuerte o incluso un ataque de pánico.

Por temor a situaciones inciertas, los afectados planifican citas o eventos hasta el más mínimo detalle. Toda esa reflexión y preocupación de antemano es al menos tan insoportable, si no peor, que la situación real.

¿Cuantos se ven afectados?

Los trastornos de ansiedad son frecuentes. Aproximadamente el cuatro por ciento de la población sufrirá de agorafobia al menos una vez en su vida. Las mujeres tienen tres veces más probabilidades de verse afectadas que los hombres. La aparición del trastorno mental se produce al final de la adolescencia o en la adultez temprana.

Muy pocos pacientes padecen agorafobia pura. Muchos también desarrollan otros trastornos de ansiedad, pero también depresión, adicción al alcohol y trastornos de la personalidad.

Agorafobia: síntomas

Para el diagnóstico de agorafobia, los afectados deben presentar ciertos síntomas según la clasificación de trastornos mentales de la CIE-10.

Como criterio principal, deben evitar o temer fuerte y persistentemente al menos dos de las siguientes situaciones:

  • Multitudes
  • Lugares públicos
  • Viajar solo
  • Viajando lejos de casa

Además, deben estar presentes al menos dos de los siguientes síntomas de ansiedad física o psicológica, que también ocurren juntos.

Síntomas físicos

Las personas con agorafobia siempre tienen uno o más de los siguientes síntomas:

  • Palpitaciones, aumento de la frecuencia cardíaca.
  • Suda
  • Temblar
  • Boca seca

Las quejas comunes del tórax y el abdomen son:

  • Respiración dificultosa
  • Ansiedad
  • Dolor o malestar en el pecho
  • Náuseas o malestar estomacal
  • Sentirse mareado, inestable, débil o mareado
  • Sentir que uno mismo o el entorno no son reales (despersonalización o desrealización)
  • Miedo a perder el control
  • Miedo de volverse loco
  • Miedo a morir

Síntomas mentales comunes

Las personas con agorafobia temen a la mayoría de los ataques de pánico o desmayos en público. Todos los pacientes con agorafobia temen a las multitudes. Sin embargo, las razones de esto son diferentes. Las personas que sufren de agorafobia pura sin ataques de pánico son más propensas a temer situaciones embarazosas, como tener miedo de orinarse. En la agorafobia con ataques de pánico, es menos la vergüenza de los ataques de ansiedad lo que preocupa al paciente que el miedo a no recibir ayuda y morir como resultado de los síntomas físicos.

Los afectados sufren mucho por sus miedos. Sin embargo, sabes que estos son excesivos. Sin embargo, este conocimiento por sí solo no calma el miedo. Se vuelve más fuerte con el tiempo y ocurre cuando el paciente solo imagina la situación temida.

Al principio solo evitan algunos lugares, luego casi ningún lugar les parece seguro. Limitan severamente sus actividades de ocio y hacer su trabajo se convierte en un desafío. Por tanto, la agorafobia tiene graves efectos, tanto a nivel profesional como económico, así como en la vida privada y social.

Agorafobia: causas y factores de riesgo

Existe evidencia de un componente hereditario de la agorafobia. Los niños cuyos padres tienen agorafobia también tienen un mayor riesgo de desarrollar este trastorno mental. Las sustancias mensajeras del cerebro también influyen en el desarrollo. El mal funcionamiento del sistema de liberación de serotonina y noradrenalina son posibles causas. Sin embargo, si el trastorno realmente se desarrolla, también depende en gran medida de los factores psicosociales.

El estrés como causa

Los acontecimientos vitales estresantes aumentan la probabilidad de agorafobia en personas propensas al miedo. Las personas con agorafobia a menudo tienen experiencias traumáticas en la infancia. La pérdida de uno de los padres por muerte o divorcio, pero también una enfermedad o abuso sexual, puede contribuir posteriormente a un trastorno de ansiedad. El estrés también puede desencadenar agorafobia en la edad adulta. Las personas en pareja tienen menos probabilidades de sufrir un trastorno de ansiedad que las personas solteras.

Sensibilidad al miedo

Algunas personas están más ansiosas que otras y, por lo tanto, son más propensas a la agorafobia. Son más conscientes de los cambios físicos, como las palpitaciones, y es más probable que los perciban como una amenaza. A menudo, luego imaginan escenarios catastróficos. El resultado es el miedo, que a su vez aumenta los síntomas físicos.

En muchos casos, la agorafobia comienza con un ataque de pánico. En un lugar público y seguro, los afectados experimentan repentinamente reacciones corporales fuertes, como latidos cardíacos acelerados o mareos. Estas quejas pueden originarse o agravarse por el consumo de café, hipoglucemia u otros factores.

El desencadenante real del ataque de pánico es que los afectados sobreestiman los síntomas y los experimentan como una amenaza. El miedo y las reacciones físicas se sacuden cada vez más. Como resultado de esta experiencia, las personas evitan el lugar donde ocurrieron estos síntomas. Con el tiempo, el miedo se extiende a otras situaciones y lugares.

Factores psicologicos

Un factor importante que contribuye a la ansiedad es la sensación de no tener control sobre las reacciones físicas durante el estado de ansiedad. Por tanto, los afectados evitan lugares desconocidos. Temen estar impotentes a merced de la situación y de los extraños.

Agorafobia: exámenes y diagnóstico

Al inicio del tratamiento, el médico debe realizar un reconocimiento médico para descartar enfermedades físicas como causa de los síntomas. Hay una serie de problemas físicos que pueden desencadenar una ansiedad severa. Estos incluyen, por ejemplo, problemas cardíacos, enfermedades de la tiroides y pulmones o trastornos del equilibrio. Además de una discusión detallada, el examen incluye un hemograma y un electrocardiograma (EKG) para controlar el corazón. Si es necesario, el médico realizará más exámenes.

Para determinar si sus miedos son psicológicos, el médico puede hacerle las siguientes preguntas:

  • ¿Alguna vez experimentó ansiedad severa relacionada con síntomas físicos, como palpitaciones, sudoración o dificultad para respirar?
  • ¿Hay lugares o situaciones que evita por miedo a un ataque de ansiedad?
  • ¿Cómo te sientes en grandes multitudes o en lugares públicos?

Si sus descripciones coinciden con el trastorno de agorafobia, el médico lo derivará a un psicoterapeuta ambulatorio o una clínica psicosomática. Un psicoterapeuta o psicólogo puede hacer un diagnóstico preciso. Mediante un cuestionario, el especialista puede averiguar si existen otros trastornos mentales que requieran tratamiento.

Agorafobia: tratamiento

La psicoterapia y / o la medicación se utilizan para la terapia de la agorafobia. Los expertos recomiendan especialmente la terapia cognitivo-conductual para el tratamiento de la agorafobia. La psicoterapia psicodinámica es una alternativa.

Terapia de conducta cognitiva

La terapia cognitivo-conductual comienza con los pensamientos de miedo excesivos y trabaja en estrategias de evitación que los pacientes han desarrollado a lo largo del tiempo. Para una terapia exitosa, la persona afectada debe lidiar intensamente con sus miedos.

Según relatos del poeta Johann Wolfgang von Goethe y del psicoanalista Sigmund Freud, estas grandes personalidades también padecían agorafobia. Ambos evitaron ciertos lugares por miedo. Pudieron superar su miedo al miedo utilizando intuitivamente la confrontación con sus miedos como terapia.

Hoy en día, los terapeutas se refieren al enfrentamiento con lugares y situaciones de miedo como exposición. Se anima a los pacientes a que se expongan a situaciones en las que se presenten síntomas de ansiedad o ataques de pánico. Después de la exposición, el paciente informa qué síntomas sintió durante el ataque. Como parte de la terapia, experimenta de primera mano que, por ejemplo, el latido cardíaco más rápido no es una amenaza que ponga en peligro la vida y que se calma por sí solo después de un tiempo. El paciente experimenta que el miedo al miedo es peor que la propia experiencia.

El terapeuta también le enseña a la persona en cuestión a observar sus pensamientos de cerca y reconocer miedos irreales. La gravedad del trastorno mental no está relacionada con la intensidad o frecuencia de los síntomas de ansiedad, sino con la peligrosidad que los percibe el paciente. Por tanto, la revisión y, si es necesario, la revisión de pensamientos así como la interpretación adecuada de las reacciones físicas son contenidos terapéuticos muy importantes. Permiten los pasos cruciales para poder superar el miedo al miedo.

Con el tiempo, cada vez habrá menos lugares donde se produzca el miedo. Después de unas quince sesiones, la mayoría de los pacientes pueden entrar en muchas situaciones temidas sin miedo.

Psicoterapia psicodinámica

En el contexto de la psicoterapia psicodinámica, el terapeuta asume que hay un conflicto no resuelto detrás de los síntomas de ansiedad. Este conflicto debe ser reconocido y tratado para poder superar el miedo. Por ejemplo, puede tratarse de separación, ira reprimida o incluso problemas sexuales. La preocupación del terapeuta es dejar claros los procesos inconscientes en la conversación para que el paciente pueda reconocerlos y procesarlos.

Medicamento

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), por ejemplo, citalopram o paroxetina, se utilizan principalmente para el tratamiento farmacológico de la agorafobia. Otro posible fármaco es la venlafaxina, un inhibidor de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN). Todos los inhibidores de la recaptación aseguran que la sustancia mensajera respectiva (serotonina o adrenalina del norte) pueda actuar durante más tiempo en la célula.

Los antidepresivos tricíclicos se usan con menos frecuencia porque tienen efectos secundarios más graves. Los ISRS y los IRSN no generan dependencia. Los efectos secundarios comunes, sin embargo, incluyen náuseas, vómitos, trastornos del sueño y disfunción sexual. Los medicamentos tardan unos catorce días en surtir efecto. La tolerabilidad del fármaco respectivo varía mucho de una persona a otra.

Medidas de tratamiento adicionales

Además de la terapia, los expertos también recomiendan la actividad física. Se dice que el entrenamiento de resistencia ayuda a mejorar los síntomas. La participación en grupos de autoayuda suele ser útil para los afectados.

Agorafobia: curso de la enfermedad y pronóstico

La agorafobia a menudo comienza repentinamente con un primer ataque de ansiedad en un lugar público. Solo en unos pocos casos el trastorno mental desaparece por sí solo. Sin tratamiento, la agorafobia suele ser crónica. Cuanto más persista el trastorno mental, es más probable que se agreguen otros problemas, como el abuso de alcohol o síntomas depresivos.

La agorafobia a menudo se desarrolla en fases. La condición de los afectados puede variar de un día a otro. Los síntomas de ansiedad pueden reaparecer incluso después de un largo período de tratamiento sin síntomas.

Cuanto antes los pacientes busquen ayuda terapéutica, mejor será el pronóstico. La terapia de exposición, en particular, ha podido ayudar a muchas personas a sobrellevar su agorafobia y recuperar sus vidas.

Etiquetas:  salud de los hombres terapias asociación sexual 

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