Riesgo de ataque cardíaco: la diabetes daña los vasos cardíacos

Christiane Fux estudió periodismo y psicología en Hamburgo. El experimentado editor médico ha estado escribiendo artículos de revistas, noticias y textos fácticos sobre todos los temas de salud imaginables desde 2001. Además de su trabajo para, Christiane Fux también se dedica a la prosa. Su primera novela policiaca se publicó en 2012, y también escribe, diseña y publica sus propias obras policiacas.

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Las personas con diabetes tienen más probabilidades de sufrir ataques cardíacos. Los altos niveles de azúcar dañan los finos vasos sanguíneos del corazón. Todo el órgano de bombeo sufre esto a largo plazo.

Este es el resultado de los investigadores que trabajaron con Christian Kupatt y Rabea Hinkel de la Universidad Técnica de Munich cuando compararon las arterias coronarias de pacientes trasplantados con y sin diabetes. En los diabéticos, la cantidad de vasos pequeños alrededor del corazón se redujo significativamente.

Capa protectora destruida

Los científicos también descubrieron la razón de esto: cuando el nivel de azúcar en sangre es alto, los llamados pericitos se descomponen. "Estas células normalmente forman una capa que rodea los pequeños vasos sanguíneos", explica Hinkel.

Los investigadores asumen que los pericitos estabilizan las venas. "Si la capa es atacada, todo el vaso se vuelve inestable y finalmente se disuelve", dice Hinkel.Los experimentos con animales han confirmado que, de hecho, el número de pequeñas arterias coronarias disminuye gradualmente en la diabetes no tratada.

Carreteras principales congestionadas

Los vasos coronarios pequeños y grandes tienen la importante función de suministrar sangre al músculo cardíaco. Al igual que en una red de carreteras, también hay rutas de tráfico principales, las arterias grandes, pero también carreteras secundarias cada vez más pequeñas, las vetas pequeñas.

Si una de las pequeñas venas falla, tiene poco efecto sobre el flujo sanguíneo. Sin embargo, si desaparecen cada vez más, los grandes buques se sobrecargan. En el peor de los casos, esto puede provocar el colapso de todo el sistema, el resultado: un ataque cardíaco.

"Eso demuestra una vez más lo importante que es detectar la diabetes temprano", dice Hinkel. De hecho, la diabetes a menudo pasa desapercibida durante años o incluso décadas. “Pueden ocurrir daños extremos durante este largo período de tiempo”, advierte el científico.

La terapia genética permite que los vasos broten

Sin embargo, la desaparición de los pequeños vasos sanguíneos no es irreversible. Al menos en experimentos con animales, los investigadores lograron volver a hacer crecer las venas funcionales.

Sin embargo, para ello fue necesaria una intervención de terapia génica. Hizo que las células del corazón produjeran más de la molécula de timosina beta 4. Entre otras cosas, esta proteína asegura que los pericitos protectores se formen en mayor número. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer antes de que dicha terapia pueda usarse en humanos.

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