Coprolalia

Ingrid Müller es química y periodista médica. Fue editora en jefe de durante doce años. Desde marzo de 2014 trabaja como periodista autónoma y autora para Focus Gesundheit, el portal de salud ellviva.de, la editorial living crossmedia y el canal de salud de rtv.de.

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Coprolalia significa que las personas usan el lenguaje fecal de maneras y situaciones inapropiadas. La coprolalia puede ser compulsiva, como en el síndrome de Tourette. La persona en cuestión no puede controlar el uso del lenguaje fecal por sí misma. Lea todo sobre la coprolalia y qué hacer al respecto.

Coprolalia: descripción

La palabra coprolalia proviene del griego de copros "Mierda, excremento" y lalia "Idioma". Los afectados pronuncian compulsivamente palabras obscenas, vulgares, groseras, indecentes, insultantes y, a veces, incluso odiosas. Son en parte expresiones fuertes teñidas sexualmente con las que los pacientes con coprolalia lanzan. Las malas palabras, cortas y duras, se intercalan sin significado durante el habla normal, generalmente entre dos oraciones. Por tanto, debe entenderse como una especie de interjección. El tono y el tono de la voz también suelen cambiar.

A veces, especialmente en presencia de ciertas personas, hay una necesidad de palabrería grosera. No es raro que sean miembros de la familia, como la madre.

Los médicos consideran que la coprolalia es un síntoma neuropsiquiátrico: tanto el cerebro como la psique juegan un papel. El uso del lenguaje fecal no se puede controlar de forma consciente, sino que funciona de forma compulsiva. Las personas afectadas sienten un impulso interno de "disparar" descargas de palabras reales. Esto está relacionado con un sentimiento de impotencia. El momento en que ocurre la coprolalia tampoco puede ser influenciado por la propia voluntad. Entonces, la coprolalia no es una reacción consciente hacia otras personas.

En general, la coprolalia es un fenómeno bastante raro; se relaciona principalmente con el síndrome de Tourette. Esto se caracteriza por impulsos involuntarios de actuar, los llamados tics. Según los médicos, la coprolalia puede ocurrir en alrededor del 30 por ciento de los pacientes con Tourette. La frecuencia es muy similar en todos los países y no depende de factores socioculturales. El tic verbal se suele expresar en la adolescencia, los chicos se ven afectados con mucha más frecuencia.

La coprolalia tampoco es un fenómeno moderno, pero fue descrita ya en 1825 por el neurólogo francés George Gilles de la Tourette. Cinco de los nueve pacientes que describió usaban ese lenguaje fecal.

La coprolalia también puede tener lugar exclusivamente en el cerebro. Son típicos los pensamientos y fantasías obscenos, que no se dicen como palabras, sino que simplemente atraviesan la cabeza.

En otra variante, la copropraxia, los pacientes muestran gestos obscenos involuntarios e inapropiados, por ejemplo, mostrar el "dedo" o pretender masturbarse. Esto también es extremadamente estresante para el paciente y no menos para el medio ambiente.

En la coprografía, los afectados dibujan, pintan o escriben imágenes o palabras obscenas.

Coprolalia - problemas sociales

La coprolalia es extremadamente incómoda, embarazosa y socialmente excluida para los pacientes con tic. Por lo tanto, muchos también intentan detener la expresión de la imprudencia y solo presionan la primera letra. Pero los tics solo pueden reprimirse hasta cierto punto y, en algún momento, allanar el camino hacia el mundo exterior.

El ambiente también suele estar muy irritado si no conoce el trastorno y el lenguaje vulgar se relaciona consigo mismo. Las respuestas y reacciones de quienes te rodean pueden imaginarse vívidamente; ciertamente, no serán benévolas ni positivas. Y eso, a su vez, a menudo tiene graves consecuencias sociales e incluso físicas para los pacientes; también existe el riesgo de ser atacados y heridos físicamente.

La coprolalia suele aparecer por primera vez en la adolescencia, lo que puede llevar al aislamiento social en la escuela o con los amigos. Especialmente con los adolescentes, tales fallas verbales son a menudo una razón para golpear a la contraparte grosera. Y los maestros de la escuela también sancionan el comportamiento sucio, especialmente si entienden el objetivo del ataque verbal. En algunos casos, esto puede llevar a la expulsión de la escuela.

Esto generalmente ejerce mucha presión sobre los afectados por el tic, porque el uso de lenguaje vulgar no es de ninguna manera socialmente aceptable y se considera un insulto, abuso y daño al otro. Las personas con tics verbales son rechazadas y rápidamente se encuentran marginadas socialmente. Nadie quiere tener nada que ver con ellos, y mucho menos mostrarse con ellos en público. Los propios padres a veces se sorprenden por el comportamiento extraño de sus hijos. Los síntomas pueden ser tan pronunciados que los niños pueden percibirse como extraños, perturbadores y aterradores.

Coprolalia: causas y posibles enfermedades

La coprolalia es uno de los síntomas más notables del síndrome de Tourette. Incluso los expertos todavía desconocen hoy por qué los pacientes abandonan las cascadas reales de abuso y no usan palabras más amigables y neutrales como "coche", "mesa" o "árbol". Los médicos solo pueden especular sobre las causas.

Sin embargo, se sabe que gritar malas palabras y maldecir también se puede encontrar en otras enfermedades neurológicas. Algunos ejemplos son la demencia (especialmente la demencia frontotemporal), encefalitis, tumores cerebrales, afasia o lesiones cerebrales traumáticas graves. El aumento de la actividad sexual se conoce por diversos daños en el cerebro, por ejemplo, en el lóbulo frontal derecho, el sistema límbico o el lóbulo temporal. Los fármacos como los agonistas de la dopamina a veces también desencadenan un comportamiento hipersexual; se utilizan en la enfermedad de Parkinson.

Los investigadores han elaborado una hipótesis que podría explicar el fenómeno de la coprolalia. Según esto, hay dos sistemas separados para el lenguaje en el cerebro: uno para el lenguaje rico en contenido formado en oraciones, que se encuentra en la corteza cerebral derecha. Se supone que el segundo es responsable de las vocalizaciones emocionales y se supone que está en el sistema límbico. Por lo tanto, los pacientes con Tourette tienen tics motores y verbales que surgen en el sistema límbico.

La coprolalia o los tics motores no son los únicos criterios de diagnóstico para el síndrome de Tourette. La mayoría de estos pacientes también padecen otras enfermedades, como el síndrome de TDAH.

Coprolalia: ¿cuando debería ver a un médico?

La mayoría de los afectados no se ven afectados significativamente por sus tics o problemas de comportamiento y, por lo tanto, no necesitan ningún medicamento ni atención médica. En general, solo alrededor del 30 por ciento de los pacientes con Tourette presentan coprolalia, el resto no. Pero cualquier persona que sufra de tics debe acudir a un psiquiatra, pediatra o neurólogo de niños y adolescentes y obtener ayuda.

Coprolalia: ¿qué hace el médico?

Si la coprolalia es pronunciada y altera la vida social, también se puede tratar con medicamentos.

Medicamento

Existen varios medicamentos que pueden usarse para tratar los tics motores y vocales. Deben usarse cuando los tics sean particularmente estresantes para los afectados y sus familias. Las sustancias son neurolépticos y actúan en el sentido más amplio sobre el sistema nervioso central. En Alemania, se utiliza principalmente el ingrediente activo tiaprida. La risperidona, la pimozida y el haloperidol también son eficaces; este último funciona bien, pero tiene efectos secundarios importantes.

La dosis necesaria para controlar los síntomas es muy diferente de la del individuo y debe adaptarse a las necesidades. Hasta el momento no existe una terapia para el síndrome de Tourette que lleve a una curación completa.

Si otras enfermedades neurológicas son la causa de la coprolalia, como la demencia o el daño cerebral, la enfermedad subyacente debe tratarse si es posible.

Otras opciones de terapia

Los métodos de relajación (entrenamiento autógeno, relajación muscular progresiva), entrenamiento para reducir el estrés, biorretroalimentación y otras medidas terapéuticas conductuales también pueden ayudar contra los tics. Reducen las reacciones de estrés que de otro modo aumentan los tics. Además, también pueden mejorar el autocontrol. Por ejemplo, puede aprender a contrarrestar el tic con una alternativa o reemplazarlo con una acción que sea socialmente aceptada. La psicoterapia de acompañamiento puede ayudar a los afectados y sus familias a lidiar mejor con la coprolalia y otros tics.

Coprolalia: puedes hacerlo tú mismo

Lo más importante es informar y educar a la familia, el barrio, la escuela, el círculo de amigos y el lugar de trabajo. Porque: Las personas con tic no son peligrosas, viciosas, groseras, mal educadas y no mentalmente pobres. La coprolalia pertenece a estas personas.

Dado que los tics ocurren con más frecuencia bajo estrés, los afectados deben hacer sus vidas lo más libres de estrés posible. Aprender una técnica de relajación también puede resultar útil. Sobre todo, es fundamental que el trastorno no provoque un aislamiento social. Para ello son importantes el humor, una sana autoestima y la aceptación de la enfermedad. Para fortalecer esto, la psicoterapia puede ayudar a las personas con coprolalia.

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