Ninfomanía - la adicción al sexo

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¿Qué es la nifomanía?

En la vida cotidiana, la ninfomanía se equipara con el deseo sexual desenfrenado. Las mujeres con deseo sexual excesivo se conocen comúnmente como ninfómanas. En los hombres, esto se conoce como complejo de Don Juan o satiriasis. La palabra "manía" indica, sin embargo, que los afectados están sujetos a un comportamiento compulsivo. Por lo que la manía se define médicamente como una forma grave de psicosis. Las pocas cifras disponibles sugieren la siguiente distribución entre los afectados: 70 a 80 por ciento hombres y 20 a 30 por ciento mujeres. El golfista Tiger Woods, que ha completado con éxito la terapia, a menudo se cita como un ejemplo destacado de un hombre adicto al sexo.

Las mujeres que caen dentro de la definición de ninfomanía están constantemente en busca de satisfacción sexual. Sin embargo, al mismo tiempo, por lo general no pueden experimentar un clímax. A menudo, no pueden construir un vínculo interno con el socio respectivo. Se ven obligadas a buscar hombres nuevos una y otra vez, impulsadas por la esperanza de la realización sexual.

¿Qué tan común es la "ninfomanía"?

La ninfomanía "real" es muy rara. A menudo, las niñas o mujeres que viven su sexualidad abiertamente, no ocultan sus deseos y toman la iniciativa a la hora de elegir pareja, son descritas incorrectamente como ninfómanas, locas por el amor o locas por los hombres. En el siglo XIX, por ejemplo, cualquier mujer que tuviera relaciones sexuales fuera del matrimonio o que se masturbaba era acusada de ninfomanía.

Aunque la moral ha cambiado significativamente desde entonces, incluso hoy en día las niñas y mujeres que quieren tener experiencias sexuales a veces se denominan ninfómanas, zorras y prostitutas o se les dan otras expresiones discriminatorias. En este sentido, todavía se está midiendo el doble rasero. Porque un hombre que adquiere experiencia con el género femenino es más probable que reciba reconocimiento que críticas. Se comprende que "hay que quitar los cuernos". No menos importante debido al uso indebido del término ninfomanía, este término prejuicioso debe evitarse tanto como sea posible. La expresión "políticamente correcta" para este cuadro clínico es "adicción al sexo".

¿Cuándo eres adicto al sexo?

Se habla de adicción al sexo cuando hay un impulso sexual excesivamente aumentado. En este contexto, la definición de "aumentado" es difícil. Las niñas y mujeres que tienen contacto sexual frecuente y orgasmos en el proceso son completamente saludables y ciertamente no son adictas al sexo. La sexualidad juega un papel decisivo para estas mujeres, pero no determina exclusivamente su vida. El deseo de encuentros sexuales suele ser muy pronunciado, especialmente en las nuevas relaciones. Sin embargo, este comportamiento completamente normal definitivamente no tiene nada que ver con la adicción al sexo.

Si, por el contrario, la vida sexual no se percibe como satisfactoria y si en la mujer se manifiesta el pensamiento de que la culpa es exclusivamente de la pareja, existe la posibilidad de que la búsqueda del hombre adecuado y la necesidad de satisfacción sexual - que generalmente no se logra - que determinan vidas futuras.

¿Cuáles son las causas de la adicción al sexo?

En el pasado, la ninfomanía se consideraba una enfermedad orgánica y se trataba en consecuencia, por ejemplo, colocando bolsas de hielo en los genitales, aplicando sanguijuelas o, en el peor de los casos, extirpando el clítoris o los ovarios.

No existe tal cosa como "una" causa de adicción al sexo. Como ocurre con otras adicciones, entran en juego muchas influencias. Éstos se encuentran en el ámbito emocional, sociocultural, al igual que en la infancia, en la personalidad y disposición. Los conflictos internos, los sentimientos de inferioridad, las relaciones emocionales perturbadas y la búsqueda compulsiva de cercanía pueden promover la adicción al sexo.

La adicción al sexo comienza de manera insidiosa, al igual que la adicción al alcohol, las drogas o el juego. El comportamiento adictivo aumenta lentamente, por lo que la libertad personal se restringe cada vez más. Si la adicción al sexo persiste durante un período de tiempo más prolongado, puede provocar problemas de salud y cambios de personalidad. Por lo general, ya no se pueden satisfacer las demandas de la vida cotidiana normal. A pesar de los numerosos contactos sexuales, el propio aislamiento permanece y existe la presión del sufrimiento. Para salir de este círculo vicioso, la ayuda profesional de los psicoterapeutas es fundamental en la mayoría de los casos. Tampoco debe pasarse por alto que el riesgo de transmisión de infecciones aumenta con los cambios frecuentes de pareja sexual.

Terapia para la adicción al sexo

Si existe alguna duda sobre si existe una adicción al sexo, el primer paso es buscar asesoramiento psicoterapéutico. Esto es cierto en cualquier caso cuando existe un deseo sexual obsesivo que define la vida y una incapacidad para formar vínculos emocionales. La transferencia a manos competentes es lamentablemente todavía un poco difícil en este momento, ya que la cantidad de médicos o terapeutas especialmente capacitados que tienen experiencia en esta área todavía deja mucho que desear.

Existe un consenso entre los terapeutas de adictos al sexo de que el tratamiento exitoso debe llevarse a cabo durante varios años e incluir psicoterapia intensiva. Los temas centrales son la vida sexual y la historia familiar, el abordaje del posible abuso, el desarrollo del papel de la sustancia adictiva del sexo, la perseverancia y aceptación de los sentimientos, la obtención de una autoconciencia positiva y autoestima. La cuestión es que la persona afectada puede volver a encontrar una relación consigo misma y, en base a esto, volver a vivir mejores y más saludables relaciones con los demás.

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