Tumores hepáticos: primero viene la grasa, luego el cáncer

Christiane Fux estudió periodismo y psicología en Hamburgo. El experimentado editor médico ha estado escribiendo artículos de revistas, noticias y textos fácticos sobre todos los temas de salud imaginables desde 2001. Además de su trabajo para, Christiane Fux también se dedica a la prosa. Su primera novela policiaca se publicó en 2012, y también escribe, diseña y publica sus propias obras policiacas.

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Cada vez más pacientes desarrollan cáncer de hígado. El riesgo de tumores no solo aumenta con las enfermedades hepáticas graves, sino también con el hígado graso.

Los problemas de hígado graso también están aumentando en Alemania. En el pasado, el problema solía ser el consumo excesivo de alcohol, pero ahora los llamados hígados grasos no alcohólicos ocupan la primera posición. Afectan principalmente a personas con sobrepeso y diabéticos, pero también a personas de peso normal que comen de forma poco saludable y acumulan demasiada grasa abdominal.

Si el órgano es demasiado graso, se inflama; después de todo, cicatriza. Así es como se desarrolla la cirrosis hepática, en la que el rendimiento del órgano continúa disminuyendo. Además, esos hígados arrugados tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de hígado.

Pero esto aparentemente también funciona sin el desvío de la cirrosis: los investigadores que trabajan con Kristin Eckel-Mahan de la Universidad de Texas han demostrado que demasiada grasa en el hígado inhibe la actividad de una proteína que mantiene los tumores bajo control. "El estudio proporciona una posible explicación de por qué está aumentando la cantidad de cáncer de hígado en hombres y mujeres", explica Eckel-Mahan.

Inhibición del tumor bloqueado

Su investigación se centra en la forma más mortal de cáncer de hígado, conocida como carcinoma hepatocelular, que a menudo se presenta en combinación con un hígado graso no alcohólico. Al menos en experimentos con ratones, los investigadores pudieron demostrar que una interacción de alimentos muy ricos en grasas y HNF4-alfa bloqueado pone en marcha mecanismos biológicos en el hígado que promueven la división celular no regulada en el hígado.

Los investigadores ahora esperan poder utilizar la actividad genética para descubrir qué pacientes con hígado graso están particularmente en riesgo de desarrollar cáncer de hígado. Entonces les sería útil un programa de cribado para la detección temprana.

Enfermo sin quejas

Los expertos estiman que entre el 20 y el 30 por ciento de los europeos ya tienen hígado graso. La mayoría de ellos no tienen idea al respecto, porque el órgano graso no causa ningún problema durante mucho tiempo. A menudo, los afectados no sienten presión en la parte superior del abdomen hasta que el hígado ya se ha agrandado significativamente. Los problemas de hígado graso se encuentran cada vez más incluso en niños y adolescentes con sobrepeso.

A diferencia de la cirrosis del hígado, que no se puede revertir, los afectados pueden normalizar completamente un hígado graso cambiando su estilo de vida.

Las estrategias efectivas son:

  • Reducción de la obesidad.
  • dieta balanceada baja en ácidos grasos saturados
  • así como poca azúcar
  • y suficiente ejercicio y deportes de resistencia.
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