Cosméticos: aditivos tóxicos

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MunichTriclosan y Triclocarban ciertamente no son familiares para muchos. Los dos productos químicos se encuentran en una amplia variedad de cosméticos, como jabones y pasta de dientes. Allí deberían ayudar a que las bacterias sean inofensivas. Pero cada vez hay más pruebas de que estas sustancias también podrían ser perjudiciales para los seres humanos.

Precisamente porque los puntos de contacto con los agentes antibacterianos para el ser humano están aumentando, es importante hacer frente a los posibles efectos. El profesor Ralf Halden de la Universidad Estatal de Arizona hizo precisamente eso. Analizó varios artículos científicos sobre triclosán (TCS) y triclocarban (TCC). Sin embargo, no está del todo satisfecho con los datos: se sabe desde hace mucho tiempo que TCS y TCC son tóxicos, pero aún faltan datos, según el autor.

Músculos paralizados

Aparentemente, las sustancias no dejan a los mamíferos sin rastro: es de suponer que TCS bloquea los canales de calcio en las células animales y humanas. Estos son importantes para la transmisión de información a las células musculares. Por tanto, concentraciones más elevadas de la sustancia podrían provocar debilidad muscular. Un experimento con ratones mostró que cuando los investigadores inyectaron TCS en la cavidad abdominal de los animales, la capacidad de bombeo del corazón disminuyó hasta en un 25 por ciento después de diez minutos. En otro experimento, TCS debilitó la fuerza de agarre de los animales en un 18 por ciento. Los científicos aún no saben si las sustancias provocan los mismos efectos en los seres humanos.

Vías de señal perturbadas

También hay estudios que sugieren que TCS y TCC interrumpen las vías de señalización en las células. Al hacerlo, podrían influir en el metabolismo y el comportamiento o afectar el desarrollo de los niños. Otros posibles efectos secundarios son la irritación de los ojos y la piel, el desarrollo de alergias o metahemoglobinemia (en TCC): los glóbulos rojos se convierten de modo que ya no pueden transportar oxígeno. Esto puede poner en peligro la vida de los bebés.

Formación de resistencia a los antibióticos.

TCS y TCC también pueden desencadenar la formación de la denominada resistencia cruzada en bacterias. Luego, los microorganismos desarrollan mecanismos de defensa contra los antibióticos que tienen un efecto similar al de los productos químicos. Dichos antibióticos son la doxiciclina o la ciprofloxacina.

Efecto perdido

El efecto antibacteriano contrarresta estas consecuencias negativas de TCS y TCC. Protegen contra infecciones bacterianas, desinfectan y conservan. Sin embargo, para que los productos desarrollen un efecto antibacteriano, deben usarse correctamente. Por ejemplo, un jabón antibacteriano debe actuar durante al menos 20 a 30 segundos antes de lavarse. En los hospitales, esto se observa para la desinfección de manos, en hogares privados solo en raras ocasiones. El tiempo medio de lavado de manos es de solo seis segundos.

"Los consumidores no tienen beneficios medibles de TCS y TCC", resume Halden. De cara al futuro, habría que encontrar sustancias antibacterianas como aditivos para cosméticos que se toleren mejor. (lejos)

Fuente: Halden et al.: Sobre la necesidad y rapidez de regular el triclosán y el triclocarbán en Estados Unidos. Ciencia y tecnología ambientales, 2014.

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