LSD (dietilamida de ácido lisérgico)

Martina Feichter estudió biología con una asignatura optativa de farmacia en Innsbruck y también se sumergió en el mundo de las plantas medicinales. De ahí no fue lejos para otros temas médicos que aún la cautivan hasta el día de hoy. Se formó como periodista en la Academia Axel Springer en Hamburgo y ha estado trabajando para desde 2007, primero como editora y desde 2012 como escritora independiente.

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El LSD es uno de los llamados alucinógenos. Se entiende por sustancias psicoactivas que provocan profundos cambios psicológicos en las personas: el pensamiento, el sentimiento y la percepción se influyen masivamente, la experiencia del espacio y el tiempo cambia, hay alucinaciones.

El LSD es una droga semisintética que se elabora a base de ácido lisérgico, un ingrediente del hongo tóxico del cornezuelo de centeno. La droga fue "inventada" por casualidad a principios de la década de 1940 y experimentó un tremendo auge con el movimiento hippie de la década de 1960. Como resultado, el LSD fue prohibido en la mayoría de los países.

En la escena actual de las drogas, el LSD se ofrece en forma de tabletas, cápsulas de polvo o trozos de papel (generalmente con símbolos cómicos en ellos). El contenido de ingrediente activo en las preparaciones individuales puede fluctuar ampliamente, como ocurre con todas las drogas ilegales. ¡Eso los hace aún más peligrosos!

Efectos del LSD

El LSD es un poderoso alucinógeno. Por lo general, se toma en una dosis de entre 20 y 80 microgramos. Los efectos ocurren alrededor de 30 a 90 minutos después de ingerir el medicamento (antes con dosis más altas) y duran de 6 a 14 horas. El humo del LSD ("viaje") es individualmente muy diferente. Por ejemplo:

  • percepción intensa o distorsionada de colores y formas
  • mayor rendimiento (que a menudo se sobreestima)
  • estado de ánimo exclusivo
  • cambio de sentido del tiempo

Algunas personas en un viaje con LSD también "ven" franjas de color, niebla, formas coloridas, insectos y otros animales en la oscuridad. El cuerpo también reacciona a la ingestión de LSD con pupilas dilatadas y, en ocasiones, con náuseas y sensación de frío.

De vez en cuando, el LSD ofrece a sus usuarios un "viaje de terror" o un "mal viaje". Este es un estado hiperactivo y paranoico que se asocia con ataques de pánico, arrebatos agresivos, pérdida del control del ego, sentimientos masivos de culpa e impulsos suicidas. Un viaje "normal" con LSD también puede llevar al suicidio si, por ejemplo, alguien cree que puede volar y lo prueba desde el techo de una casa. Tanto el estado de ánimo como las expectativas del usuario respectivo y el entorno en el que toma la droga pueden influir en su funcionamiento.

Después de consumir LSD, a menudo se observan los llamados "flashbacks" (también llamados intoxicación seca): las alucinaciones regresan, aunque los efectos de la droga en realidad han disminuido.

En varios casos, los consumidores de LSD han desarrollado un trastorno mental grave. Las personas con enfermedades psiquiátricas previas son particularmente susceptibles a este tipo de psicosis post-LSD.

Adicción mental

Con el uso prolongado de LSD, se puede desarrollar dependencia psicológica. Los afectados pueden mostrar una mayor disposición a ser agresivos. Además, pueden desarrollarse neurosis y psicosis en las que la percepción permanece permanentemente distorsionada (“atascarse” o “atascarse”).

Difusión de alucinógenos

El LSD es el alucinógeno más conocido y poderoso. Aparentemente, los alucinógenos naturales también gozan de una popularidad creciente, especialmente entre los jóvenes. Estas drogas naturales que expanden la mente incluyen sobre todo las "setas mágicas", pero también la mescalina (del cactus peyote), la seta venenosa y varias plantas de belladona.

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