Electroencefalograma

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Un EEG (electroencefalografía) es un método de examen en el que se mide la actividad eléctrica de la corteza cerebral utilizando electrodos. Un EEG se usa, por ejemplo, para diagnosticar la epilepsia. Lea todo sobre el EEG, cómo se realiza y a qué debe prestar atención.

¿Qué es un electroencefalograma?

El término EEG significa electroencefalografía y describe una técnica de examen en la que se mide la actividad eléctrica de la corteza cerebral. Para hacer esto, el neurólogo adhiere electrodos al cuero cabelludo del paciente de acuerdo con un esquema fijo y los interconecta. La actividad eléctrica medida es el resultado de la descarga de grupos de células nerviosas.

Además del EEG habitual, también existen formas especiales de diagnóstico de convulsiones, como el EEG del sueño, el EEG a largo plazo y el EEG de provocación.

¿Cuándo se hace un electroencefalograma?

El objetivo principal del EEG es comprobar la actividad cerebral. Esto se puede alterar en las siguientes enfermedades del cerebro:

  • epilepsia
  • Inflamación del cerebro (encefalitis)
  • Enfermedades metabólicas con cambios en el cerebro.
  • Daño cerebral limitado localmente, por ejemplo, de tumores o lesiones.
  • Narcolepsia (enfermedad del sueño)

Además, la medición de EEG se usa para monitorear a los pacientes en la unidad de cuidados intensivos y para diagnosticar la muerte cerebral.

¿Qué haces con un electroencefalograma?

El examen y la educación del paciente son realizados por un neurólogo. Un EEG de rutina requiere hasta 21 electrodos, que generalmente se incorporan en una especie de campana. Esto hace que sea más fácil de colocar y adherir a la cabeza del paciente. Los electrodos se recubren con un gel de contacto, se adhieren al cuero cabelludo del paciente según un esquema estandarizado y se conectan mediante cables.

Durante la medición real, que no se puede sentir, el paciente debe estar lo más relajado y tranquilo posible y mantener los ojos cerrados. El médico tratante da breves instrucciones de vez en cuando, por ejemplo, abriendo los ojos o resolviendo un simple problema aritmético. Esto conduce a un cambio en la actividad cerebral y se registra en el EEG. La medición completa no suele tardar más de 20 a 30 minutos. Luego, el médico quita la cubierta del electrodo.

EEG del sueño

Un EEG del sueño generalmente se lleva a cabo en un laboratorio de sueño especial para pacientes hospitalizados. Al igual que con un EEG de rutina, el médico coloca una tapa de electrodo al paciente. Luego, el paciente debe irse a la cama por la noche como de costumbre y no tomar ningún medicamento ni alcohol. La actividad cerebral ahora se mide y registra durante toda la duración del sueño. El médico también suele registrar los movimientos oculares, la actividad muscular y la frecuencia cardíaca.

Electroencefalograma a largo plazo

El EEG a largo plazo mide la actividad cerebral durante 24 o 48 horas. Para ello, el paciente recibe una grabadora portátil que se adjunta al cuerpo. Durante la grabación a largo plazo, el paciente registra todos los incidentes.

EEG de provocación

Para provocar un ataque epiléptico, el neurólogo utiliza tres métodos diferentes: hiperventilación (aumento de la respiración), fotoestimulación y privación del sueño. Para la hiperventilación, el médico le pide al paciente que inhale y exhale lo más profundamente posible durante tres a cinco minutos.

Durante la fotoestimulación, el paciente está expuesto a brillantes destellos de luz. El médico obtiene un EEG directamente durante la hiperventilación y la fotoestimulación.

Para la privación del sueño, por otro lado, el paciente debe permanecer despierto durante toda la noche. Para ello, suele ser admitido como paciente internado. No se permiten bebidas con cafeína. Luego se toma el EEG al día siguiente.

EEG: evaluación y diagnóstico

El neurólogo evalúa el EEG según la forma, frecuencia y amplitud de las ondas. Un ritmo básico generalmente más lento en pacientes adultos despiertos ocurre, por ejemplo, con intoxicación, coma o encefalitis. Un llamado hallazgo focal, es decir, un cambio localmente limitado en la actividad cerebral, por otro lado, habla de tumores o daño cerebral por lesiones (lesión cerebral traumática). Los hallazgos focales a menudo también se aclaran con una resonancia magnética.

El diagnóstico de la epilepsia es más difícil porque el EEG entre ataques suele ser normal y las ondas cerebrales típicas de la epilepsia no aparecen hasta que ocurre un ataque.

Ondas fisiológicas en el EEG

Dependiendo del nivel de alerta, se hace una distinción entre diferentes patrones (elementos grafo) en el electroencefalograma que no tienen valor de enfermedad:

  • Ondas alfa (de ocho a doce Hertz): adulto alerta y relajado con los ojos cerrados
  • Ondas beta (13 a 30 Hertz): adulto despierto con ojos abiertos y actividad mental
  • Ondas theta (cuatro a siete Hertz): cansancio severo al quedarse dormido
  • Ondas delta (0,5 a tres Hertz): sueño profundo

Si el paciente abre los ojos o se concentra en una tarea, hay un cambio de alfa-EEG a beta-EEG. Esto se conoce como efecto Berger o reacción de excitación.

En lugar del patrón mencionado, los recién nacidos y los niños muestran ondas lentas y bastante irregulares. El EEG solo se desarrolla completamente hacia el final de la pubertad, por lo que los elementos típicos de grafo se vuelven visibles.

¿Cuáles son los riesgos de un electroencefalograma?

El EEG habitual es una técnica de exploración segura y con pocas complicaciones.

Un EEG de provocación, por otro lado, puede y debe desencadenar un ataque epiléptico. Sin embargo, esto tiene lugar en un entorno hospitalario protegido bajo supervisión médica. El médico se asegura de que el paciente no pueda lastimarse al caerse o morderse la lengua durante la convulsión. Si la convulsión persiste, puede administrarle al paciente un fármaco antiespasmódico.

¿Qué debo tener en cuenta después de un electroencefalograma?

Después del EEG, puede lavar fácilmente el gel de contacto de los electrodos con un champú común. El EEG suele ser evaluado por el propio médico. Si ha ocurrido algo anormal en su EEG, es posible que sean necesarios más exámenes. Si su médico puede hacer un diagnóstico directo con la ayuda del EEG, le explicará las opciones de tratamiento en detalle y, si es necesario, lo derivará a un especialista.

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