Artroscopia

Valeria Dahm es escritora independiente en el departamento médico de Estudió medicina en la Universidad Técnica de Munich. Para ella es particularmente importante dar al lector curioso una idea de la apasionante área temática de la medicina y, al mismo tiempo, mantener el contenido.

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Con la ayuda de la artroscopia o la endoscopia articular, se pueden examinar articulaciones más grandes en particular y tratar el daño a las estructuras articulares. Para ello, se inserta una sonda óptica especial (artroscopio) en la articulación a través de una pequeña incisión en la piel. Lea todo sobre la artroscopia, cómo se realiza y cuáles son los riesgos.

¿Qué es una artroscopia?

La artroscopia es una forma de examinar una articulación. Para hacer esto, se inserta un llamado artroscopio a través de una pequeña incisión en la piel. Este es un tubo delgado con una cámara de video al final. También se adjunta una fuente de luz y un dispositivo de enjuague y succión para que el médico pueda ver las estructuras de la articulación sin restricciones. Además, se pueden utilizar instrumentos especiales por vía artroscópica para que los daños y las lesiones puedan tratarse inmediatamente después de su diagnóstico.

Artroscopia del hombro.

El hombro es una articulación particularmente compleja y sensible que a menudo se examina artroscópicamente. Puede leer más en el artículo Artroscopia - Hombro.

Artroscopia de la articulación de la rodilla.

Las lesiones en la articulación de la rodilla son particularmente comunes. A menudo se pueden diagnosticar y tratar con una artroscopia. Puede leer más en el artículo espejo de rodilla.

¿Cuándo se hace una artroscopia?

La artroscopia se usa principalmente para aclarar las quejas de las articulaciones y examinar las lesiones de las articulaciones. Las razones más comunes son:

  • Lesiones o cambios provocados por un accidente (traumático)
  • cambios degenerativos (desgaste de las articulaciones) como la osteoartritis
  • cambios inflamatorios

Como parte de una artroscopia, el médico a menudo puede realizar las operaciones necesarias con la ayuda de instrumentos adicionales, que generalmente se introducen en la articulación a través de incisiones adicionales en la piel. Este procedimiento también se conoce como cirugía mínimamente invasiva (MIS) o cirugía de ojo de cerradura.

En comparación con el procedimiento quirúrgico abierto, tiene la ventaja de que se conservan las estructuras articulares sanas y el organismo está menos estresado, el dolor después de la operación es menor y el tiempo de curación suele acortarse. Las indicaciones más comunes para la artroscopia incluyen:

  • Daño de cartílago y hueso
  • Desgarros en ligamentos, tendones y músculos.
  • Bursitis
  • cuerpos articulares libres

¿Qué haces con una artroscopia?

Antes de la artroscopia real, se pregunta la historia del paciente (anamnesis) y se informa al paciente sobre los beneficios y riesgos del examen. Además, se realiza un análisis de sangre, por ejemplo, para detectar una capacidad reducida de coagulación de la sangre.

La artroscopia se realiza bajo anestesia general o bajo anestesia regional, para lo cual solo se anestesia el área quirúrgica o una extremidad. Para evitar que se formen coágulos de sangre durante y después del examen, se inyecta al paciente un fármaco anticoagulante (heparina).

La piel del área de operación se depila y se desinfecta cuidadosamente. Ahora el cirujano abre la articulación a través de una pequeña incisión en la piel, a través de la cual se inserta un tubo guía (trócar). A veces es necesario llenar la cavidad articular con un líquido estéril o monóxido de carbono y estirarlo para que el médico pueda orientarse mejor en el espacio articular y distinguir claramente las estructuras articulares.

El médico finalmente inserta el artroscopio a través del trócar. Sigue las grabaciones de la cámara en tiempo real en una pantalla para poder examinar la articulación mientras se mueve. Si descubre un daño articular que se puede tratar artroscópicamente, introduce instrumentos adicionales en la cavidad articular a través de incisiones adicionales en la piel. Con la ayuda de rebabas, por ejemplo, se pueden alisar huesos y cartílagos, la aguja y el hilo permiten suturar ligamentos desgarrados.

Por último, se retiran el artroscopio y todos los demás instrumentos y se suturan cuidadosamente las incisiones cutáneas. Si existe riesgo de hemorragia, se pueden insertar tubos de drenaje temporalmente en la articulación. Un vendaje que comprime ligeramente también evita los hematomas y protege las heridas de infecciones.

¿Cuáles son los riesgos de una artroscopia?

La artroscopia es un examen relativamente sencillo. Sin embargo, en casos raros, los instrumentos y el artroscopio utilizados pueden dañar la articulación y las estructuras articulares como el cartílago y los ligamentos. Al igual que con cualquier procedimiento invasivo, también se pueden dañar estructuras como vasos y nervios. Además, pueden producirse hematomas (hematomas) y sangrado.

También puede producirse una infección de las heridas o de la cavidad articular. Sin embargo, esta complicación es mucho menos común con la artroscopia que con los procedimientos quirúrgicos abiertos. A pesar de la medicación anticoagulante, existe el riesgo de que se formen coágulos de sangre en las venas (trombosis), como después de cualquier operación.

¿Qué debo tener en cuenta después de una artroscopia?

Tanto después de una consulta ambulatoria como después de una artroscopia realizada en un hospital, la articulación afectada debe mantenerse lo más quieta posible durante un cierto período de tiempo. También se utilizan analgésicos y antiinflamatorios, medidas de enfriamiento y descongestionantes como la elevación para garantizar una curación rápida y mejor posible.

Después de esta fase de inmovilización, una artroscopia es seguida de fisioterapia, que restaura la función de la articulación.

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